Caracas, 23 de septiembre de 2023 – En una escena desgarradora, un hombre anima a un grupo de migrantes a cruzar un río mientras las lágrimas y gritos de dos niñas se pierden en el estruendo del agua. Estos migrantes, influenciados por contenido engañoso en las redes sociales y consejos mal informados de conocidos, enfrentan una realidad mucho más dura de lo que esperaban en su travesía por el Darién.
“No es la primera vez. En muchos puntos, los ríos marcan el camino para no perderse a lo largo de la selva, y su serpentear hace que sea inevitable sumergirse”, comenta un joven que acaba de cruzar el río en la zona de Come Gallina, a la salida de la jungla. Se quedan atrás por cansancio, deshidratación o heridas. También enfrentan ataques de animales salvajes o criminales que les roban.
La venezolana Delia Gómez, de 51 años, sobrevivió a esta travesía y se encuentra a salvo en el centro de recepción migratoria de Lajas Blancas, instalado por las autoridades panameñas, donde se les proporciona refugio, atención médica y alimento. Sin embargo, su mirada perdida refleja el trauma que ha experimentado.
“Eso es horrible, no se lo recomiendo a nadie, quedé sola. Mis compañeros me dejaron sola, sin comida, sin nada. No recuerdo qué tiempo tuve allí en la selva, de verdad, perdí la noción del tiempo. Vi muchos muertos”, dice Delia Gómez.
El primer poblado al que llegan al salir de la selva es Bajo Chiquito, situado a la orilla del río Tuquesa. Este asentamiento indígena está desbordado por miles de migrantes que esperan durante horas para registrarse con las autoridades panameñas.
Según datos oficiales, en lo que va de año, más de 385,000 personas han cruzado el Darién, frente a los 248,000 del año anterior, marcando un récord. Se espera que en 2023 se alcance la cifra de 500,000 migrantes. El 20% de ellos son niños.
La venezolana Noelia Rojas sostiene a su hija en brazos en una zona de acampada en Bajo Chiquito. La niña sonríe a la cámara, pero su expresión cambia a tristeza al recordar los peligros y muertes que han presenciado en su travesía.
“Si yo hubiese sabido que ese camino era así, no arriesgaría a mi hija”, reconoce Noelia Rojas. “Me vine confiada (…) porque no tenía la menor idea de que eso iba a ser así”.
Las redes sociales, especialmente TikTok, han contribuido a difundir información engañosa sobre la travesía por el Darién. Algunos prometen viajes “VIP” con “guías experimentados” y “seguros”, lo que ha llevado a más migrantes a aventurarse en esta peligrosa ruta.
Olivier Tenes, especialista de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), señala que “los grupos involucrados en el tráfico ilícito de migrantes usan hábilmente las redes sociales”. Los migrantes, desesperados por su situación económica y familiar, caen fácilmente en las falsas promesas de viajes seguros.
La cercanía que sienten con las personas que comparten sus experiencias migratorias en las redes sociales, como TikTok, hace que muchos migrantes prefieran obtener información de esta manera, a pesar de su falta de fiabilidad.
Mariángela Torcate, una migrante venezolana, insta a otros a no seguir su camino: “Quiere que le diga la verdad, eso no se lo recomiendo ni a mi peor enemigo. De verdad, esa no es una ruta para migrar. Lo que pasa es que uno por el desespero, por la necesidad de estar allá, toma esa decisión”.
Esta cruda realidad en la selva del Darién subraya la importancia de abordar la desinformación en las redes sociales y proporcionar alternativas seguras y legales para los migrantes que buscan una vida mejor.
Si quieres recibir en tu celular esta y otras informaciones, descarga Telegram, ingresa
al link https://t.me/ssdlnoticias y dale clic a +Unirme.
PUBLICIDAD