El apoyo del presidente electo Trump a las visas H-1B para trabajadores extranjeros altamente cualificados, coincidente con la postura de su nuevo asesor Elon Musk, ha generado controversia entre sus partidarios más conservadores. Declaraciones al New York Post confirman su respaldo a este programa de visados, afirmando su utilidad incluso para sus propias compañías. Esta postura contrasta con sus anteriores críticas a las H-1B, calificándolas de injustas para los trabajadores estadounidenses y aplicando restricciones durante su primer mandato, posteriormente revocadas por la administración Biden.
El debate se ha intensificado entre figuras tecnológicas como Musk, quien públicamente defendió las H-1B como cruciales para el éxito de empresas como SpaceX y Tesla, y sectores ultraconservadores que las consideran perjudiciales para el empleo nacional. La opinión de Musk, beneficiario en el pasado de una visa H-1B, ha generado preocupación entre quienes temen un alejamiento de Trump de su plataforma antiinmigración original. Críticas como las del exasesor Steve Bannon, que denunció una “estafa” de la élite tecnológica, reflejan esta tensión. La aparente contradicción entre el discurso actual de Trump y sus promesas electorales ha generado inquietud entre sus bases, quienes sospechan de la influencia de poderosos donantes del sector tecnológico.