En las últimas semanas, ha circulado una cadena de desinformación a través de WhatsApp que ha generado confusión y especulaciones entre los ciudadanos venezolanos. El mensaje invita a las personas, especialmente a los votantes, a verificar un número que supuestamente se encuentra en la parte trasera de la cédula de identidad venezolana. Según la cadena, al introducir este número en la página del Consejo Nacional Electoral (CNE), se revelaría información sobre otro elector.
Sin embargo, funcionarios del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (SAIME) han aclarado que esta información es falsa. El número en cuestión, conocido como “Código Rojo”, no tiene relación con el número de cédula y no afecta la validez del documento. En realidad, se trata de un código interno utilizado por el SAIME para el control del material.
Aquí están los puntos clave:
- Código Rojo y Control Interno: El “Código Rojo” es simplemente un mecanismo de control interno utilizado por el SAIME. No tiene ninguna implicación directa con el número de cédula ni afecta la identidad de los ciudadanos.
- Cantidad de Cédulas Emitidas: Actualmente, hay cerca de 40 millones de cédulas en circulación. Por lo tanto, cualquier número de ocho cifras que no exceda el rango de los ciudadanos con edad para votar corresponderá a un número de cédula válido registrado en el CNE.
- Cambios en la Cédula: En 2011, el SAIME introdujo modificaciones en la cédula de identidad, incluyendo un nuevo escudo nacional y un código de seguridad en el dorso del documento. Este código permite rastrear a quién se le entregó el material y garantiza un mejor monitoreo.
- El Acto de Votar: A pesar de la existencia del “Código Rojo”, el artículo 125 de la Ley de Procesos Electorales establece que para ejercer el derecho al voto, es necesario estar presente con la cédula de identidad laminada. Solo se toma en cuenta el número de cédula, no el código interno.
En resumen, aunque el “Código Rojo” pueda coincidir con el número de identidad de cualquier individuo inscrito en el padrón electoral, no permite que otra persona vote en su nombre. El voto sigue siendo un acto individual y personal.
