Auckland, la metrópolis neozelandesa, recibió el 2025 con una impresionante exhibición de fuegos artificiales y juegos de luces. Miles de personas se reunieron en el centro de la ciudad y en los alrededores, incluyendo los volcanes de la zona, para presenciar el espectáculo desde la Sky Tower, el edificio más alto del país, celebrando el inicio del año con un evento que incluyó un homenaje a las culturas indígenas maoríes. La celebración llega tras un año de movilizaciones por los derechos de este pueblo en la nación de cinco millones de habitantes.
La llegada del Año Nuevo es un evento global que se extiende a lo largo de un día completo debido a las diferencias horarias. Este fenómeno se debe a la existencia de husos horarios y a la Línea Internacional de Cambio de Fecha, una demarcación artificial que determina la transición entre un día y otro. Algunos países, por su ubicación geográfica, tienen el privilegio de ser los primeros en recibir el nuevo año, mientras que otros deben esperar varias horas, incluso un día entero.
Kiribati, concretamente su Isla de Kiritimati (Isla de Navidad), es el primer país en celebrar la llegada del Año Nuevo. Su estratégica posición en el Océano Pacífico, al este de la Línea Internacional de Cambio de Fecha, le otorga esta distinción. Esta línea, según la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica), actúa como un divisor temporal: cruzarla hacia el oeste suma un día, mientras que cruzarla hacia el este lo resta. Un ejemplo de esto es Samoa, que en 2011 modificó su posición respecto a la línea para alinear su horario con sus socios comerciales en Asia y Oceanía, pasando también a ser uno de los primeros países en recibir el Año Nuevo.
Los diez primeros países en dar la bienvenida al 2025 son, aproximadamente: Kiribati (Isla Kiritimati), Samoa, Tonga, Nueva Zelanda (Islas Chatham), Nueva Zelanda (Islas Norte y Sur), Fiyi, Australia (Isla Norfolk), Australia (Sídney y Canberra), Papúa Nueva Guinea y Japón.